Guía efectiva para el control de Ceratitis capitata en cultivos de cítricos
Descubre la mayor preocupación para los cultivadores de cítricos en España: la temida mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata). ¿Estás familiarizado con esta plaga? Sigue leyendo en nuestro blog y aprende sobre los signos a tener en cuenta y los tratamientos más efectivos. ¡Asegura tus cosechas de cítricos y no te lleves ninguna sorpresa desagradable!
Identificación
La preocupación por el control de la Ceratitis capitata ha llevado a diferentes entidades a desarrollar medidas específicas para su gestión, tanto a nivel nacional como por las Comunidades Autónomas. Es crucial detectarla en etapas tempranas y tomar medidas eficaces para combatir a los adultos y prevenir nuevos ciclos de reproducción.
Para hacer frente a grandes concentraciones de Ceratitis capitata, se recomienda el uso de sustancias químicas. Actualmente, hay muchas opciones aprobadas para tratar la mosca de la fruta.El comportamiento cíclico y el enterramiento en la fase de pupa de esta plaga, hace que los métodos de control se centren en su etapa adulta, ya que es más susceptible.
En la historia reciente, España ha dependido en gran medida de los productos fitosanitarios para el control de plagas, pero esta perspectiva está cambiando. En la actualidad, los métodos de Gestión Integrada o Manejo Integrado de Plagas están ganando terreno. Estos sistemas combinan diferentes métodos sostenibles y compatibles.Siguiendo esta tendencia, en la Comunidad Valenciana se ha implementado el Plan Integral de Actuación contra la Mosca de la Fruta, que promueve el uso de métodos respetuosos con el medio ambiente para controlar la plaga en los cultivos de cítricos.
Entendiendo a la Mosca de la Fruta de los Cítricos Ceratitis capitata
La peligrosa mosca de los cítricos, también llamada mosca de la fruta, es una plaga que afecta a una gran variedad de árboles frutales.
Descubre cómo identificarla y cuáles son los síntomas y daños que causa, particularmente en los cítricos.
Este insecto, perteneciente a la familia Tephritidae, es un díptero cuya apariencia varía según su etapa de desarrollo (huevo, larva, pupa o adulto). Aunque su nombre científico es Ceratitis capitata, suele ser conocida como mosca mediterránea de la fruta debido a su presencia en esa región. Sin embargo, no es originaria del Mediterráneo.
Su lugar de origen se encuentra en la costa occidental de África, donde comparte hábitat con especies muy similares. Desde allí, se ha propagado hacia zonas templadas, subtropicales y tropicales en ambos hemisferios.
Tolerancia de la Ceratitis capitata a ciertos plaguicidas en plantaciones de cítricos
Importante comunicado sobre la resistencia de Ceratitis capitata y su control en cítricosEn el año 2019, el comité de acción contra la resistencia de insecticidas (IRAC) emitió un comunicado en relación a la fuerte resistencia que la mosca de la fruta Ceratitis capitata ha demostrado hacia algunos productos. Esta resistencia ha sido observada durante años y ha afectado a herramientas esenciales en la estrategia de control de esta plaga.
En el mencionado comunicado, se destacan una serie de productos autorizados en el control de Ceratitis capitata en cítricos, entre los cuales se encuentra Etofenprox, la materia activa de nuestro producto Trebon®. Esto demuestra la eficacia de nuestro producto en la lucha contra esta plaga en cultivos de cítricos.
Aspectos fundamentales de la biología de la mosca del Mediterráneo Ceratitis capitata
La mosca mediterránea de la fruta, también conocida como Ceratitis capitata, es una especie polífaga difícil de detectar. A lo largo de su ciclo biológico, que dura entre 40 y 60 días, puede haber hasta 7 u 8 generaciones en un solo año. Estas características hacen que sea una plaga muy persistente y de gran impacto económico en la producción de frutas.
Las larvas de esta mosca se alimentan de la pupa de los frutos afectados, lo que los hace automáticamente no aptos para su comercialización. Esta situación es muy perjudicial para los agricultores, ya que puede causar grandes pérdidas en sus cultivos. Por esta razón, es crucial seguir una estrategia de muestreo contínuo y aplicar programas integrados para controlarla y minimizar sus efectos.
Durante su ciclo biológico, la mosca mediterránea de la fruta presenta características distintivas. Es importante conocerlas para poder prevenir y controlar su aparición. Por ello, el monitoreo constante es fundamental para detectar sus movimientos y llevar a cabo acciones eficaces. Además, seguir programas integrados que incluyan diferentes medidas de control y prevención es la mejor manera de asegurar el éxito en la lucha contra esta plaga.
Secuelas causadas por la mosca del mediterráneo
La picadura de la hembra de mosca de la fruta en cítricos puede desencadenar una grave amenaza para la calidad del fruto. Esto se debe a que facilita la entrada de hongos y bacterias que deterioran la pulpa y pueden dar lugar a la presencia de larvas en su interior. Ambos factores aceleran la caída y pudrición del cítrico, lo que impacta negativamente en la producción y venta.
Otro efecto negativo derivado de esta situación son las medidas de restricción impuestas por otros países. Tales limitaciones restringen la exportación de cultivos que corren el riesgo de haber sido atacados por la mosca de la fruta. Cabe destacar que esta plaga es considerada de cuarentena en numerosos países, ya que puede afectar a cultivos como la vid o frutales de hueso y pepita.
Síntomas Daños
La descomposición del fruto debido a la infestación de hongos al momento de la puesta de huevos por parte de las hembras.
El proceso de putrefacción del fruto es causado por la introducción de hongos a través de las picaduras realizadas por las hembras durante la puesta.
Manejo y Control de Moscas de la Fruta
El control de la mosca del mediterráneo debe ser abordado a través de un enfoque que incluya la disminución de la población de adultos mediante el uso de trampas masivas y la aplicación de tratamientos químicos que protejan la fruta en su etapa más susceptible al ataque. Estas medidas deben complementarse con prácticas culturales adecuadas, como la eliminación de fruta caída al suelo.
Los ataques de la mosca de la fruta suelen comenzar en los cítricos en los meses de septiembre y octubre, coincidiendo con el inicio de la maduración de variedades tempranas como Okitsu, Oronules, Marisol, entre otras. Antes de este periodo, el tamaño de la fruta es demasiado pequeño para ser picado por la mosca y existen otros frutos más atractivos.
Las aplicaciones de productos químicos deben realizarse una vez detectada la presencia de la plaga, al producirse un cambio de color en la fruta. Un posible umbral para iniciar estas aplicaciones es cuando se capturan más de 0,5 moscas por trampa y día o se observa que más del 1% de los frutos han sido afectados.
Caracteres diagnósticos
El ciclo de vida de la mosca de la fruta puede variar según las condiciones climáticas y la disponibilidad de hospedantes en invierno. Algunas veces, la mosca pasa el invierno como pupa en el suelo, mientras que en climas suaves puede sobrevivir como larva encontrando hospedantes que fructifiquen en esa temporada.
Cuando llega finales de invierno, aparece la primera generación de adultos, que atacan a cítricos tardíos. Las hembras, después de reproducirse, se alimentan de la pulpa del fruto al picar la corteza y depositan sus huevos en el interior. Las larvas se alimentan dentro de las frutas, provocando que se pudran y caigan al suelo. Luego de este proceso, las larvas salen del fruto y se convierten en pupas dentro de un pupario.
A medida que avanza la primavera, surgen nuevos adultos que se dirigen a los frutales de maduración más temprana, como albaricoques o nísperos. A lo largo del verano, se producen varias generaciones, afectando a distintos tipos de frutas como melocotones, frutales de hueso, higos, caquis, viñas y, por último, a los cítricos más tempranos. Con la llegada del otoño, la actividad de la mosca disminuye debido a las bajas temperaturas, hasta que vuelve a resurgir a finales del invierno para completar su ciclo de vida.
Es importante destacar que la mosca de la fruta se desarrolla óptimamente en temperaturas de entre 16 y 32ºC y con niveles de humedad relativa de 75-85%. Estas condiciones favorecen su reproducción y supervivencia, lo que explica su presencia en zonas con climas suaves y en diferentes cultivos de fruta.