que hacer cuando no eres la prioridad de alguien

Que Hacer Cuando No Eres La Prioridad De Alguien

Es necesario entender que no deberíamos dar prioridad a personas que no nos aprecian lo suficiente. Debemos aprender a valorarnos y a brindar nuestro amor y atención a aquellos que realmente nos valoran en todo momento, sin intereses ocultos ni egoísmos.

La integridad no se negocia por nadie

Cuando alguien nos trata como una opción y no como una prioridad, es necesario poner distancia.

A su vez, debemos entender que hacer esto no es “ser malos” o actuar de manera orgullosa. En realidad, ser dignos es muy distinto a ser orgullosos.

A veces, nos encontramos perdiendo nuestra dignidad porque creemos que “nos compensa” o nos bloqueamos ante situaciones complicadas de manipulación o sumisión. Es decir, nos acostumbramos a dar prioridad a aquellos que nos tratan como opción, debido a que estamos alienados por una relación desigual. Sin embargo, la desvalorización nunca es un buen camino en la vida.

Debemos tener en claro que merecemos en nuestra vida a alguien que nos demuestre que nos hace bien, que no se aprovecha de nuestras vulnerabilidades, y que nos ama de forma sincera y pura.

Los que adquirimos conocimiento con la experiencia

A lo largo de la vida, encontramos un texto atribuido a varios autores, como Borges o Shakespeare, que refleja de una forma magnífica lo que vamos aprendiendo. Es útil repasar cada frase y reflexionar sobre su significado, buscando maneras de mejorar nuestras relaciones. Esto nos ayudará a no dar prioridad a aquellos que hoy están pero mañana se irán.

Con el transcurso del tiempo, comprendemos que comprometernos con alguien por un buen futuro, significa que, tarde o temprano, desearemos volver al pasado.

También con el tiempo... descubrimos que casarnos solo porque "ya urge" es una clara señal de que nuestro matrimonio fracasará.

La aflicción mental causada por la ansiedad en las relaciones interpersonales

El tiempo es el gran maestro, enseñándonos lecciones a través de experiencias, abriéndonos los ojos y ayudándonos a tomar perspectiva de nuestros errores. Aunque no es fácil, muchas veces el dolor que conlleva es insoportable.

Se trata del dolor emocional, el cual angustia al cerebro y nos hace sufrir intensamente. Sentimientos como la decepción, la traición, la mentira, el desamor o la pérdida son capaces de desgarrarnos por dentro.

A lo largo de los siglos, este tipo de sufrimiento ha sido plasmado en poemas y canciones, que nos hacen sumergirnos en un mundo en el que todos nos conectamos. Y en la actualidad, estas intuiciones poéticas han sido respaldadas por estudios neurofisiológicos, que confirman que el dolor psicológico se refleja en nuestro cerebro.

No hay prisa no es necesario conocer a nuestros seres queridos

¿Te ha presentado a su familia? ¿A sus amigos?
No ser una prioridad o no importar mucho son claras señales de que la relación es un secreto.

Según Vixen Daily, la forma en que tu pareja describe tu presencia ante su familia o amigos determina cuánto le importas.

Si no existes para su familia o raramente menciona a alguien en sus círculos cercanos, esto sugiere que no eres una prioridad y podría estar usando o considerándote como una relación pasajera.

Las desigualdades en las relaciones se evidencian desde el comienzo

La influencia de nuestras relaciones sociales en nuestra personalidad y estado emocional es constante. Nuestras experiencias pasadas y aprendizajes moldan nuestra forma de comportamiento y pensamientos. A veces, este proceso puede conducir a trastornos como la adicción a sustancias como alimentos, alcohol o juegos. Incluso puede manifestarse en dependencia emocional. En algunos casos, las señales son evidentes: desequilibrios en la relación, abuso psicológico y aislamiento social. Sin embargo, otros casos pueden ser más difíciles de identificar, especialmente en las primeras etapas de la relación.

Prisioneros del egocentrismo nos relegamos a ser una opción secundaria

Cuando nos encontramos en manos de personas egoístas, nuestro bienestar siempre queda en un segundo plano. Nos enfocamos en dar todo lo que tenemos a la otra persona, descuidando nuestro propio bienestar. Y al final, terminamos convirtiéndose en una prioridad menos importante.

A menudo, tardamos en darnos cuenta de esta realidad, o directamente optamos por ignorarla. Nos convencemos a nosotros mismos de que las cosas cambiarán en algún momento, de que la otra persona "se iluminará" y se dará cuenta de lo que realmente importa... pero la verdad es que eso no suele suceder. Los días pasan y las cosas no mejoran.

Debemos recordar que, si alguien no nos brinda atención y amor verdaderos en un determinado momento, es muy poco probable que lo haga en el futuro de manera espontánea.

Controlando la ira en la relación consejos para manejarla adecuadamente

Cuando conocemos a alguien, tendemos a enfocarnos principalmente en sus cualidades positivas. Sin embargo, con el tiempo, esta perspectiva puede invertirse y empezar a pesarnos más lo negativo. Soñamos con que esa persona cambie y se convierta en lo que esperamos, con la intención de alcanzar nuestra felicidad. Buscamos una relación de pareja idealizada, pero terminamos por no disfrutar de la realidad tal y como es.

Es en las relaciones basadas en un amor verdadero en las que nuestro amor propio también se ve fortalecido. Somos capaces de amar cada día un poco más a la otra persona, sin descuidarnos a nosotros mismos. De hecho, esa relación nos ayuda a centrarnos también en nuestro propio crecimiento y desarrollo personal.

Sin embargo, en las relaciones de pareja, es común que en las primeras etapas pongamos más énfasis en lo que esperamos tener que en lo que realmente tenemos. Ponemos nuestras esperanzas en una idea irreal y caemos en la trampa del autoengaño. Con el tiempo, la relación puede tomar un rumbo hacia la dependencia, alejándonos del amor no solo hacia el otro, sino también hacia nosotros mismos. Aunque, si hubiéramos prestado atención, podríamos haber visto señales de ello desde un principio.

Descubre cómo desaparecer de la vida de alguien que no aprecia tu compañía

Ser conscientes de la presión social es algo que todos podemos experimentar, pero muchas veces nos resulta difícil hacer frente a ella cuando llega el momento de la verdad. Es normal que nos sintamos afectados y que nuestra autonomía y voluntad se vean comprometidas en situaciones en las que nos están aprovechando.

Sin embargo, no debemos preocuparnos demasiado, ya que la asertividad y la capacidad de defender nuestras opiniones y sentimientos puede ser aprendida con esfuerzo y motivación. No estamos condenados a ceder ante la presión social, podemos desarrollar habilidades para ser firmes y expresar nuestras ideas de manera adecuada.

En lugar de tratar de evitar cualquier situación de riesgo, lo mejor es enfrentarlas mentalmente antes de que sucedan. Imaginarnos cómo podríamos actuar frente a situaciones potencialmente peligrosas nos ayudará a tener una respuesta preparada y a no ser agresivos ni pasivos en nuestra actitud. Debemos entrenar nuestra imaginación para tener control y no sentirnos arrastrados por la presión social.

Artículos relacionados